Mi Testimonio: El llamado

Cómo sucedió todo: El llamado

Bendiciones,

Como he escrito en mi página de introducción, Dios me llamó para hablar y cantar su palabra.
Iba en mi más de veinte años cuando me enteré de manera audible la voz de Dios. Ocurrió en una reunión de jóvenes de Defensores de
la fe cristiana. Estábamos rezando en un gimnasio y la gente se está entregando y yo estaba de rodillas orando por mí y luego, de repente, oí una voz que me decía "no sólo quiero que cantes mi palabra, pero también quiero que hables mi palabra tan bien ".
Miré a mi alrededor para ver si alguien estaba diciendo esto a mí, pero yo estaba sola, todo lo que pude ver eran los jóvenes llorando y orando. Así que yo sabía que era de Dios. Luché le dije que no podía, yo estaba, literalmente, de rechazar este llamado increíble en mi vida. Yo no dije que no, porque estaba avergonzada le dije que no, porque yo no sabía qué decir, era tímida cuando se trataba de hablar con el público. Cada vez que cantaba yo le daría el título de la canción y empezaba a cantar. Pero luego llegamos a esa voz potente pero suave audible en mi oído.
Todo lo que recuerdo estaba llorando y diciendo que no podía, hasta que finalmente me rendí.
Antes de que la convención, uno de mis antiguos pastores en Chicago del Centro Cristiano de Libertad se acercó a mí y dijo: "Cuando vuelva a Chicago quiero que llevar la palabra a la congregación en nuestra reunión de oración". Desde allí, se confirmó, el llamado fue obedecido y mi primera predicación fue "Regocijaos en vuestros sufrimientos.
Esa palabra era muy real, sin embargo, profunda y difícil porque tenía que ver con las muertes de los miembros de mi familia, sino que el Señor les ha permitido reconciliarse con él antes de que pasó y cómo el Señor sana y nos dio la paz a través de las tormentas.
Estoy muy contenta de compartir estos mensajes de inspiración con los que necesitan y desean leerlos. Yo pastoreaba con mi esposo en Boston por 3 años y que el Señor quiere dotar a compartir estos mensajes de esperanza y salvación a todos.
Ahora, me gustaría compartir estos mensajes con usted y oro para que le toque su vida.
Que Dios te bendiga y recuerda la obediencia es mayor que el sacrificio!
Marian Marrero